CONTACTO



¿QUIERES PUBLICAR UNA CRÓNICA, ARTÍCULO, NOTICIA INTERESANTE?, PUEDES ENVIÁRNOSLA AQUÍ:
lostrotanoches@lostrotanoches.com

MEDIA DE ALMODOVAR Y MEDIA DE MARCHENA-PARADAS


¡Catrack!. Así se pueden resumir mis dos últimas actuaciones. Iba yo tan confiado y seguro de mi mismo para participar en estas dos medias de preparación para la de Córdoba. Y la cagué, bien cagada.
En la primera de las carreras, la Media Maratón de Almodóvar, partía con la idea de hacer una marca de 1h32’ o algo menos. Quedamos Pablo, David (el manager) y yo a las 08.30 de la mañana. Nos dirigimos a la Escritor Conde Zamora donde se sitúa la línea de salida. No hay presión. Es un día festivo y de toma de contacto. Estamos todo el tiempo bromeando. Allí nos encontramos con Carlos y los médicos. Carlos quiere salir a 4’10’’/km hasta que reviente (para probarse). Nosotros pensamos ir un pelín más lento. Al final, todo el mundo cambia de planes (y que fuimos nosotros los que reventamos). Veo a José Matías y Vicente, los polis locales, y me paro un pelín con ellos. Hacía tiempo que no los veía.



Se da el pistoletazo de salida por Miguel Reina, ¿os acordáis de ese portero internacional, padre de Pepe Reina? Pues ése. A esto que todos a dar zapatazos. Hacemos la curva de la cuesta de las instalaciones del Cordobés (única curva de la prueba) y de ahí hasta el final, línea recta hasta Almodóvar.



Los primeros kilómetros los hacemos en torno a 4’15/km y todo el rato bromeando. Que si un triatleta lleva la cremallera del traje bajada y Pablo le comenta que lleva el escote al revés. Que dónde lleva el collar. Que si el fotógrafo del Día de Córdoba cariacontecido nos echa una foto cuando Pablo le grita diciéndole que no van a pasar más guapos que nosotros, que aproveche…

A esto llegamos al avituallamiento y ¡cómo no!, me atraganto con la primera toma de agua. En esta carrera tiene mérito lo que me ocurrió porque me atraganté en todos los avituallamientos (en la próxima me llevo una pajita). Nos encontramos a David, el manager, que lo tienen parado en un colón que hay de coches sobre el km 9 de carrera al reducirse un carril en la calzada. Dale del coche a saludarnos.



Llegando al km 10, empiezo a notar no voy muy cómodo. Nos unimos a un chaval sevillano (no me acuerdo de lo que aparecía en su camiseta, algo así como Lentejuela) y vamos varios kilómetros con él. Parece que lleva un buen ritmo. Sería ideal el seguir su ritmo hasta el final. Nada más lejos de la realidad, en el kilómetro 12 ya no puedo seguir el ritmo y antes de reventar decido reducir la marcha. Pablo sigue con éste y se distancia unos metros.


A diferencia de lo esperado, esta minoración del ritmo (poco después de pasar por Villarrubia) no consigue que me recupere sino que, por el contrario, me vengo a bajo aún más. A esto le unimos el solano que hacía. Me quede sin fuerzas. Aparte de la respiración algo agitada, las piernas se me pusieron pesadas y los muslos parece que se me inflaron. ¡Que bien! Sólo me quedan 9 kilómetros y estoy fundido.



Al poco tiempo, veo que Pablo mira hacia atrás y se despide del sevillano. Se viene conmigo. Está hecho polvo también. Me comenta que podría aguantar algún kilómetro más pero a costar de reventar.



De ahí hasta el final, una agonía. Se nos pasan por la cabeza mil veces el pararnos. Dolor de piernas, la mente no funciona, calor,… El único consuelo que nos queda es la comida que hemos organizado después de la prueba con Carlos, David, los médicos. ¡

Piensa en eso, que ya queda menos!



En ese deambular hacia la meta, charlamos con un marchenero, le comentamos que en un par de semanas nos veremos por su tierra. También tenemos el desagradable encuentro con dos participantes que se han parado y están en la cuneta. Son del DUPO. Pablo afablemente les anima y les invita a seguir, que “hay que acabarla como sea”. Estos dos individuos, consideran un menosprecio que gente que iba reventada como nosotros les de ánimo a ellos que están a otro nivel, muy por encima de casi todo el mundo. Así que con un gesto maleducado y una frase despectiva uno de ellos como que nos manda a tomar por culo o algo así. La primera vez que nos pasa algo así. Bueno, teniendo en cuenta que nunca van a ganar nada, porque estarán muy por encima nuestra, pero no al nivel de la élite, consideramos que les faltó el coraje y la suficiente humildad para terminar la prueba sin pararse, aunque fuese arrastrándose como nosotros. Lo fácil es pararse cuando vas mal y echarte al arcén. Cuando sabes que no vas a mejorar marca y encima vas fundido, la dignidad en este deporte desde nuestro punto de vista se demuestra dando todo lo que tienes hasta el final aunque sea poquito y tragándote tu orgullo. Por si no os habéis dado cuenta es una crítica.



Después de este incidente y continuando con el interminable suplicio, avanzo más por el braceo que por los movimientos de los pies hasta el final. Sigue el trabajo psicológico entre ambos, convenciéndonos de que esto está hecho.



Así, vamos transitando a 4’45’’/km hasta el final y en la zona de los Mochos (la más complicada del terreno) a 5’/km. Llegamos al cruce con la gasolinera de Almodóvar, último km. Pablo me dice que no vaya a apretar demasiado. ¡Qué ingenuo!



Llegamos a la línea de meta y nos cogemos de la mano para entrar juntos, después del martirio que he sufrido. El locutor de la prueba nos ve llegar y nos jalea a la entrada. ¡Por fin, se acaboooooooooooo! 1h34’45. Posiciones 260 y 261 de 781.



Deshidratados como estábamos y con el calorazo, nos dirigimos a los stands de bebidas y comidas, donde reponemos fuerzas. Después de un buen rato sentados, empezamos a ver a conocidos. Los médicos llegaron en 1h40’, Carlos 1h46’, Pepe 1h28’, Fernando 1h20’.



La verdad que la prueba no se desarrolló como esperaba, más sufrimiento del previsto, intenso calor, marca por debajo de la pretendida. Esperaba mejorar en la próxima.





XIV MEDIA DE MARCHENA-PARADAS (16-10-11)



Y llegó la próxima. Dos semanas después, a las siete de la mañana salimos de nuevo el tridente Pablo, David y yo. Algo pasadas las ocho y media aterrizamos en Marchena, donde el día se preveía caluroso ya que a esas horas en marga corta no hacía nada de frío. Con algo de ánimo recuperado tras la Media de Almodóvar y unos entrenamientos en plan castigo que me autoimpuse en estas dos semanas, considero que estamos en condiciones de mejorar lo hecho y estar a la altura de las marcas que hice en esta misma prueba el año pasado (1h29’).



A la hora de retirar los dorsales nos encontramos a los médicos. Pablo va con infección en un oído y no está en las mejores condiciones de correr, pero ya lo conocemos y eso no es óbice para participar.



Dada la salida, de nuevo nos ponemos a 4’15’km, no sin antes esperar un rato a que el gps me conecte con los satélites. Esta vez me pilló el toro. El camino con sus continuas subidas y bajadas hasta Marchena. Hace calor de nuevo. ¡Recordaba yo este trazado menos duro el año pasado!. Una cuestecilla por el km.6, hace algo de daño, pero sin embargo el cuestón de la entrada a Paradas parece que me activa y recupero algo el ritmo. En esta ocasión no hay tantas bromas como en Almodóvar. Al entrar a Paradas, Pablo me alienta para que siga sólo. No va muy cómodo.



Permanezco en un grupo de 6 ó 7 personas, donde se encuentra la a la postre ganadora, una chica del Olimpo de Cádiz, que en las dos ediciones anteriores terminó por delante en una y por detrás mía en la otra, pero no por mucho.



Los ritmos rondan el 4’20’’- 4’22‘’. En este punto soy consciente de que ya no será posible mejorar lo del año pasado. Sigo en el grupo y alcanzamos al chaval sevillano de la media de Almodóvar. Nos saludamos y me pregunta por Pablo. Le digo que viene detrás.



En el kilómetro 12, me entra una sed tremenda y veo a gente de la organización que parece que tienen botellas de agua. Le pido, pero están recogiendo las tiradas en el avituallamiento de ida. Me dicen que no me preocupe que en el km 15 hay más. Claro que hasta el 15 me quedan unos 15 minutos y voy frito.



Me quedo del grupo de seis y me despido del sevillano. Miro el reloj y veo que voy a 4’32’’. Bueno si soy capaz de llegar así hasta el final, me conformo. Se ve que este no es mi año. Estoy de nuevo como en Almodóvar, si bien no llevo la respiración agitada aunque sí una pesadez y una fatiga no propia para los ritmos que voy marcando. Y más calor. No puedo sufrir tanto. Me queda bajar otro poco el ritmo, pero sigo sufriendo igual. Los ritmos que marco van en torno a los 5-5’20’’/km (en lo llano). El año pasado, el kilómetro más lento fue a 4’42’’/km y fue el 17. ¿Cómo he empeorado tanto? No lo comprendo.





Ni decir tiene que cuando llegué al cuestón del 17, me faltó detrás una banda de cornetas y tambores. En el 18 me alcanza Pablo. Le digo que siga él que voy hundido pero prefiere quedarse conmigo. En esos tres kilómetros finales tira de mi, me anima continuamente y consigue que acelere un poco el ritmo, cosa que de haber ido sólo hubiera sido inimaginable. Alcanzamos de nuevo al sevillano, que se sorprende no sólo por verme a mí, sino por ver a Pablo. Éste le anima a seguir con nosotros pues queda menos de un kilómetro, pero va más fundido que yo si aún cabe.



Afrontamos la última bajada antes de la recta de meta y de nuevo entramos juntos a la misma. La gente al vernos entrar juntos rompe en aplausos. 1h35’17’’. Posiciones 180 y 181 de 605.




Alegría por acabar, recogemos la bolsa del corredor y nos compramos una litrona y una botella de 2 litros de Coca-Cola que nos zampamos en un bordillo, mientras bromeamos con la gente al preguntarle si en sus bolsas no han metido cervezas ni coca-colas.



Resumiendo, ¡este año pintan bastos!. La idea de bajar de 1h 27’ en la Media de Córdoba, se me va quitando poco a poco de la cabeza. No sé a qué achacarlo. Calor que hace bastante más que el año pasado y no ando ni para atrás con él. Pero este bajón no puede deber íntegramente a la temperatura. Las intervenciones en la boca para los implantes, los estudios,… en fin , mil excusas donde buscar.



No sé. Aún así, haremos todo lo posible hasta Córdoba. Prefiero quedarme con lo positivo. Cuando han ido bien las cosas porque hemos mejorado marcas, y cuando van mal porque después de todo creo que aprendemos a asimilar nuestros fracasos, no derivarlos ni canalizarlos en nadie que no seamos nosotros y por la ilusión candente de volver a mejorar.





Un saludo,



Tony

3 comentarios:

Angel dijo...

que pasa Tony, como estás?? creo qeu lo que te ha pasado es que no te has recuperado de una y ya te has metido en otra.
supongo que deberías recuperarte bien, antes de iniciar un plan de entreno de cara a la media. Recarga hidratos y electrolítos, hidrátate, hazte una análitica por si tienes algo bajo, etc... hasta que no pasen 2 semanas despues de una media, no empieces con los planes.
Por cierto, creo que conozco a los del DUPO que comentas, petaron como vosotros pero a lo bestia. No son mala gente, quizás los pillastes en mal momento.
Y en la media de Córdoba, ni se te ocurra no ir a por la 1h25. un abrazo y ánimo.

Enrique dijo...

Saludos Tony, como siempre nos sorprendes, en esta ocasión con dos magníficas cronicas, crónicas. En cuanto a lo del Catacrack, que quieres que te diga, que hacer 1:35 en una media, no es hacer un mal tiempo, aunque no se vean cumplidos los objetivos, además, no todo el año se encuentra el cuerpo en perfectas condiciones. Ahora toca descansar, recuperar y verás como vienen mejores tiempos por si solos.
Saludos para Cordoba

Tony dijo...

Gracias Ángel y Enrique por vuestros consejos.Intentaré seguirlos, aunque reconozco que soy muy cabezón.

En Córdoba intentaré hacer aunque sea un segundo menos que el año pasado, pero no las tengo todas conmigo. El estar más de un mes sin competir creo que me puede venir bien.

De todos modos si no consigo el objetivo, no pasa nada, estas dos medias previas, me han servido para saber cómo llegar a meta reventado.

Espero veros pronto. Gracias por vuestro tiempo.

Un abrazo,

Tony